Road 90 y el Mar Muerto y Masada (Viaje a Israel y Jordania - Capítulo 3)

Relajación en Mar Muerto
23 de junio

Dejamos Nazaret y nos disponemos a seguir por la Carretera 90, esta vez fuera de la legalidad, según el GPS, al que hay que ir engañando poniendo pueblos cercanos para que no intente llevarte por la Carretera 6,con un recorrido de casi 100 kms. más, pero sin pisar suelo cisjordano y según la compañía de seguros, que se lavaría las manos, si te ocurriese algo en terreno "enemigo".

Primera tentación: cruce con la carretera de Jericó. "La ciudad siempre habitada más antigua del mundo", según se jactan sus ciudadanos. Y es verdad, sus restos arqueológicos datan de 10.000 años a.C., aunque lo que la hace más conocida es por el pasaje biblíco en el que Josue consigue derribar sus murallas "a golpe de trompetas". Posteriormente, siglo IV a.C., se convertiría en el feudo de Alejandro Magno.

Hoy Jericó, tengo entendido que no vale gran cosa por lo que nos desviamos por su carretera, pero para ver otra cosa de la que tenía mucho interés: el Monasterio del Qurantul (Monasterio de los Cuarenta), aun sabiendo que no podríamos entrar, pues era ya tarde. Con subir al bamboleante teleférico y verlo por fuera, me conformaría.



Desde la altura que el teleférico te permite, se ven estupendamente las ruinas de lo que otrora fuera las ciudad de Jericó y en la que queda todo por sacar a la luz, pero claro, estamos en terreno palestino, que no tiene ayudas de sus primos americanos, y lo poco que tienen lo deben utilizar para sobrevivir. Una vez arriba, las vistas son espectaculares. Comimos en uno de los dos restaurantes que hay, para evitar que el demonio nos tentara pidiéndonos que convirtiéramos las piedras en panes y contemplamos, con la boca abierta, el monasterio, lugar que evoca, al parecer, el sitio donde se cree que Jesús se resistió a las tentaciones.

Final de la odisea. No ha pasado absolutamente nada. Nuestro coche, con matrícula amarilla israelita, estaba en perfecto estado y en el mismo sitio en el que lo habíamos dejado, entre coches "enemigos" de matrícula blanca.

Segunda tentación, Qasr al-Yahud. Famoso punto del río Jordán en el que San Juan bautizó a Jesús. Una valla con alambre de espino y una puerta cerrada a cal y canto, separa territorios cisjordanos de Jordania. ¿Tarde? No sé; en cualquier caso es una zona que aún continúa, según parece, infestada de campos de minas, por lo que dimos la media vuelta y continuamos camino.

Funicular en Jericó
Monasterio de los Cuarenta (Jericó)
Primera escalera del mundo (antigua Jericó)
La carretera 90 en su parte que bordea el Mar Muerto es espectacular. Sin mayores contratiempos, llegamos al hotel donde había reservado: Ei Gedi Kibbutz Hotel. ¿Os extraña el nombre?

Mejor dar la vuelta buscar sitios más amigables
Desde 1910, cuando se fundara el primer Kibbutz del país, en el Lago Tiberiades, han cambiado muchas cosas. Aquellas férreas comunas en donde todo era compartido por todos y el director del Kibbuz, limpiaba también sus baños, han cambiado exponencialmente. Con la crisis de los 80 que asoló Israel, los miembros de los Kibbutz, totalmente endeudados y que no podían competir con una economía globalizada, se iban marchando de su propio invento, dispuestos a empezar una nueva vida en la sociedad de consumo -al fin y al cabo la deuda era de la sociedad del Kibbutz y no de sus miembros-. Las cosas empezaron ya a cambiar en las férreas costumbres de los Kibbutz, cuando las madres se negaron a que sus hijos, a los pocos días de nacer, fueran llevados a dormir a las casas-cuna; su revolución, sería el primer cambio que se operaría en estas comunas y aquella habitación que le correspondía a cada uno, hubo de ser ampliada para albergar a toda la familia.

Hoy el 75% de aquellos kibbutz se han descafeinado y el ingeniero de la fábrica de repuestos cobra como tal y la profesora del colegio, lo mismo, todo acorde con sus actividades. Cada uno se administra su sueldo como mejor le parece y sólo está obligado a pagar la parte correspondiente del mismo para cubrir las necesidades mínimas de la comuna. El 25% de ellos (64) continúa siendo administrado a la manera tradicional y se rigen por el "todo el mundo pone lo que puede y recibe lo que necesita": los miembros depositan su salario en la caja comunal y a cambio reciben una paga mensual para sus gastos.

Al parecer, las cuentas saneadas de los kibbutz actuales están seduciendo a muchas jóvenes familias, decididas a educar a sus hijos en un ambiente sano, sin los peligros de las grandes ciudades y, en muchos de ellos, cuesta casi un año el que la comunidad dé el sí a un nuevo miembro. Este movimiento sionista y socialista estaba muy alejado de la religión; pero hasta sus kibbutz ha llegado el creciente aumento de ultraortodoxia y ya los hay con sinagoga y seguro de comida "kocher".

Nuestro hotel, un vergel en medio del desierto, gracias a los manantiales del lugar y al buen hacer de los miembros del kibbutz es un sitio privilegiado, con unos servicios básicos a precios palaciegos -pero son los abusos propios de la zona, comunales o privados-. Son lentejas, si quieres las tomas y si no, las dejas.

Un seco recepcionista nos comunica, a velocidad de vértigo, que hemos sido agraciados con un up-grade. ¡Fantástico! Que el autobús hacia el Mar Muerto sale con intervalos de media hora, los horarios del desayuno, en el comedor, -que está a tomar por c...- perdón, muy lejos. Que la caja fuerte es gratis -ah, ¿es que hay robos en las comunas?-. Los baños en el Mar Muerto son gratis y que la wifi, también es gratis -creo que todo lo gratis está mas que incluido en el precio (376,20 $USA, por dos noches -los 20 céntimos me tienen muy intrigada, no sé qué servicio comunal cubrirán-, pero la palabra les gusta).

Los bungalows son idénticos todos y no muy apetecibles por fuera, pero dentro están muy bien: una cómoda y amplia habitación, un cuarto de baño limpio y moderno, una cocinita americana, bien equipada y un salón con sofás y televisión de plasma -otro en el dormitorio-, ¡qué derroche!

La piscina, estupenda, la tenemos justo detrás. Y la joya del complejos, son sus enormes y variadas plantas exóticas procedentes de diversos rincones del planeta. Bien, pues nos disponemos a tomarnos un par de días de descanso en esta agotadora vida de turistas que llevamos.

Por la noche en la cafetería, una guapa señorita cantando canciones de ayer y de siempre ameniza la velada, en la que curiosamente, nadie, salvo nosotros, que somo los únicos "no jews", consume nada. ¿Entendéis por qué los judíos hacen dinero allá donde quiera que se asienten, verdad? Hay gente joven y la cosa termina animándose con la interactuación del público con la cantante.

24 de junio

El autobusito lleva hasta el centro receptor del Mar Muerto -al que acuden no solamente personas alojadas en el hotel, sino todo aquel que quiera-. De entrada, te sugieren que entres en las piscinas de azufre a una temperatura difícil de aguantar. Hay una piscina exterior muy agradable y un trenecito que te acerca hasta la misma orilla del mar, haciendo una parada previa para que te embadurnes de lodos -beneficiosos para todo-, y allí te espera una de las experiencias más sorprendentes en líquido elemento.

El Mar Muerto, un mar sin vida, el punto más bajo del planeta, a 425 m. de "bajitud" respecto al nivel del mar, contiene 20 veces más de bromo, 15 veces más de magnesio y 10 veces más de yodo que el océano. Por si fuera poco, el aire que lo circunda tiene un 10% más de oxigeno que el del nivel del mar. ¿Esto en qué se traduce?  Pues que el Mar Muerto relaja, neutraliza las alergias, despeja los bronquios; que si llevas una herida o estás recién afeitado y/o depilado, botarás de escozor; que no puedes hundirte, por más que lo intentes y que no se te ocurra adentrarte en él y mucho menos sumergir la cabeza. ¡Ah! no esperes que te pique un pez, no los hay.

No soy yo quien os cuenta las excelencias de sus aguas; Aristóteles, Plinio y Galeno ya mencionaron las beneficiosas propiedades del Mar Muerto.

¿Por qué se le llama mar, si está completamente cerrado y sus dimensiones tampoco lo sugieren? Debe ser que en tiempos bíblicos las dimensiones de lo conocido condicionaban su catalogación. Su peculiaridad, es decir el nivel por debajo del del mar se debe a los movimientos de las placas tectónicas de África y Arabia, en los últimos setenta mi años (anteayer "vamos"), que han hecho que el nivel descienda de 100 m. a los 425 m. actuales y lo seguirá haciendo debido a que su única fuente de ingreso de agua es el río Jordán y esté está muy desviado en su camino hacia explotaciones agrícolas, por lo que es muy posible que la merma se agudice.

Sus orillas, según la Biblia, fueron escenario de castigos divinos a los habitantes de Sodoma y Gomorra, que se salvaría si se encontraran diez hombres buenos. Uno sólo fue encontrado: Lot, el nieto de Abraham. Las ciudades serian destruidas bajo una tormenta de fuego y azufre  y sólo Lot y su familia se salvarían de la catóstrofe; aunque su mujer, desoyendo las instrucciones de no mirar hacia atrás, terminó convirtiéndose en una estatua de sal. Y tienen su estatua; una columna informe compuesta de principalmente de sal.

Al parecer, estudios recientes de la NASA aseguran que Sodoma y Gomorra fueron destruidas por un "bombardeo cósmico". Demasiada incógnita para saber la verdad: ¿existieron Sodoma y Gomorra? Y si así fue, pudo ser un meteorito. Especulaciones todas, empezando por los estudios de la NASA.



Un amigo que nos salió al paso para saludarnos (Ein Gedi)
Ya se sabe, aquí no se es nadie ni no ha sido mencionado varias veces en la Biblia

Mar Muerto (Ein Gedi)

Residen en el Kibbutz, aunque me temo que no aporta nada a la comunidad


Si me veis milagrosamente más guapa, ya sabéis a donde dirigiros

Mar Muerto
28 de junio

Tras haber pasado dos días en Petra y uno en el desierto de Wadi Rum (ver Capítulo IV del Viaje), volvemos sobre nuestros pasos, hasta el Mar Muerto, pues pensamos que era mejor ver Masada a nuestro regreso.

Antes de comer, ya estábamos cerca de Masada, que pensamos ver a la mañana siguiente, pero "como somos de ventoleras y de cambiarnos la plana con mucha facilidad", decidimos visitarla del tirón. Mala idea pues el calor de la hora no nos permitió disfrutar de la visita, que fue casi más un sacrificio que otra cosa; pero cuando mirábamos hacia abajo y contemplábamos el sendero de la serpiente, recorrido que hacen los valientes para subir a pie y ver el amanecer cuando coronas Masada y del que ya tenía convencido a Manolito de hacer a la mañana siguiente, dábamos gracias de no haber hecho mi locura. 45 minutos de serpenteante subida y de noche, claro.

A las 15 h. cogíamos el funicular, que en tres minutos conecta con la cumbre.

Masada es una meseta, en las cercanías del Mar Muerto (entre Sodoma y Ein Gedi -sí la de Sodoma y Gomorra, que fue arrasada por la ira de Dios, sobre la que cayó azufre y fuego, como castigo por la relajación de costumbres, según la Biblia, o por efecto de un cometa que se estrellara en la zona, según la NASA-), separada del resto de los montes y que tiene 650 m. de largo, 300 m. en su parte más ancha y una altura de 450 m. sobre el nivel del Mar Muerto.

Además de todo lo que ha salido a la luz de las excavaciones de Masada, se tiene constancia de lo acaecido en la misma gracias a las obras escritas por flavio Josefo, historiador judío del primer siglo y que fuera hecho prisionero por los romanos.

El primer fuerte fue construido por el rey Hasmoneo Alexander Janeo (se han encontrado numerosas monedas en el lugar) (103 a.C.). Entre los años 37 a 4 a.C., años de reinado de Herodes, éste se dio cuenta de la ventaja estratégica del lugar y lo eligió como refugio y palacio personal de invierno. A su muerte y con la anexión de Judea al Imperio Romano, se instaló en el lugar una pequeña guardia romana.

En el año 66 d.C. y cuando empezaron los primeros brotes anti-románicos, Masada fue conquistada por los Sicarios y cuatro años después, tras la destrucción de Jerusalem, los últimos rebeldes se refugiaron en ella. Según Flavio Josefo fue el último bastión rebelde de Judea. En el 73, se desplegaron ocho campamentos romanos, con 8.000 soldados, dispuestos a hacerse con el lugar, mediante la construcción de una rampa de acceso. El asedio duró varios meses y finalmente, cuando todo estaba perdido, las 960 personas que había en ese momento, prefirieron morir por sus propias manos que vivir como esclavos de los romanos.

"... y se eligieron por sorteo 10 de entre ellos que debieran degollar a los demás. Cada uno se tendió en el suelo junto a su esposa e hijos muertos y estiró el pescuezo voluntariamente para ser degollado por las personas que cumplían con esa terrible misión. Estas personas degollaron a todos sin temblar. Y después de ello rifaron entre sí para el que salga en la rifa degollase a sus nueve compañeros y después de haber matado a todos, se mate a sí mismo también... así murieron todos creyendo que no dejaban a nadie que cayera bajo el yugo romano... al día siguiente subieron los romanos a Masada. Cuando se encontraron con los defensores muertos, no se alegraron esta vez al ver ante sí sus enemigos muertos, sino que se admiraron por el valor de éstos y su gran decisión de burlarse de la muerte y no se echaron atrás por esa gran acción."

(Flavio Josefo: "Guerra de los Judíos" VII, 395-406

Dos mujeres y cinco niños fueron hallados escondidos y serían los que relatarían todo lo acontecido aquella noche.

Tras la salida de los romanos, Masada quedó abandonada hasta el siglo V d.C. en la que se fundó un monasterio de ermitaños, que permaneció hasta el auge del Islam en el siglo VII d.C.

Para los israelíes hoy Masada es una toma de conciencia del "nunca nos capturarán vivos".

Desde que he leído que Herodes el Grande murió en el año 4 a.C., me estoy preguntando cómo fue posible la orden de la matanza de los Santos Inocentes, según Mateo el evangelista, dos años después del nacimiento de Jesús. Y tampoco se trata del hijo, Herodes Antipas, responsable de la ejecución de San Juan Bautista. No cuadran fechas. Si algún amable lector me saca de mi gran laguna, le quedaré muy agradecida.

Recogimos la audioguía y el folleto y nos dirigimos al restaurante, donde nos comimos un falafel rico, rico. Ya con fuerzas, aunque con mucho calor, recorrimos todo el perímetro con el entusiasmo que podíamos.

Antes de empezar el recorrido una película explicativa de los hechos ocurridos en Masada, te hace comprender mejor todo lo que te vas encontrando.

Es muchísimo lo que hay que ver: La cantera; el Despacho del Comandante; los almacenes; el palacio norte; la plataforma superior; la terma; la explanada de la entrada occidental; el mirador del techo de la terma; la Puerta del Agua; el edificio administrativo; la sala de guardia; la cisterna y la antigua cueva de almacenamiento; el mirador del palacio norte; el sistema de abastecimiento de agua; la sinagoga; la torre de guardia; el cuartel; la casamata de los rollos; el columbario; la iglesia bizantina; el lugar de la brecha; la puerta occidental bizantina; la torre del Curtidor; el palacio occidental; la piscina publica de ablución; pequeños palacios; las barracas; cueva vivienda bizantina; celda de retiro bizantina; piscina de natación; cisterna sur; fortaleza sur. Todo esto es Masada, incluida por la Unesco en el año 2001 en la lista de los sitios del legado cultural de la humanidad. Símbolo de la lucha constante de la humanidad contra la opresión y la libertad.

Masada
Cuando terminamos el museo estaba cerrado. Me hubiera encantado ver el espectáculo de luz y sonido, pero solo son los martes y jueves a las 21 h. Otra vez será.
Masada

Masada










Masada








Masada

























Masada





























Masada
Masada

Para esa noche, tenía reservada una guest house en una localidad llamada Arad: Dead Sea Club Guest House (70 $USA) y el reclamo propagandístico era una opción a escapar de los precios abusivos de los hoteles que bordean el Mar Muerto. En el mapa se veía cerca de Masada; la verdad es que no me daba cuenta de que es imposible llegar por un camino que aparece en el mapa de Masada a Arad que es de excursionismo. Hay que ir forzosamente por la carretera 31, durante 68 kms.

Antes de ir a nuestro destino de aquella noche, tenía curiosidad de ver la zona de Ein Bokek, donde se encuentran las playas más bonitas del Mar Muerto y los hoteles de gran lujo. No decepciona, la parte izquierda, la natural, el Dead Sea, impresionante, qué colorido, nunca he visto algo igual; la de la derecha, como tantos otros sitios turísticos de alto nivel del mundo, ni fu ni fa.

Mar Muerto
Mar Muerto



Mar Muerto


Dead Sea Club Guest House

Muchas curvas y finalmente alcanzamos Arad en una alta meseta. Me sorprendió la ciudad, porque es una ciudad. Limpia, moderna, de calles anchas, zonas ajardinadas, no sé todo daba la impresión de estar en perfecto estado de revista. La guest house, a las afueras de la ciudad en una zona residencial preciosa, de grandes casas y flores, muchas flores. Aparcamos mientras nos indicaba dónde hacerlo en la misma puerta de una amplia avenida donde no había un solo coche aparcado y evidentemente que estaba prohibido. El dueño de la guest, simpatiquísimo, nos dijo que lo dejáramos allí, que eso no era Tel Aviv ni Jerusalem. Nos llevó a nuestro estudio con una zona delante muy agradable para estar de noche. Todo muy acogedor, con una minicocina. En fín, me alegré, me gustó.

 29 de junio


Nos costó encontrar un sitio donde desayunar. Finalmente, marcamos un centro comercial cualquiera en el GPS y allá que fuimos. Nos metimos un desayuno hebreo entre pecho y espalda que no se lo saltaba un gitano. Riquísimo.

A posteriori, me he enterado de que Arad es una ciudad fundada en 1962, en las puertas del desierto de Néguev (no , no me he equivocado en la fecha) y es la primera ciudad planificada de Israel. Fue poblada por judíos de origen asquenazí y sefardí. Ahora entiendo esa sensación que me produjo de ciudad-piloto. Muy limpia, muy bien configurada, de amplias avenidas y muchísimo ortodoxo paseando.


Petra y Wadi Rum (Capítulo 4)

Entradas populares de este blog

Decoración de El Escorial / Cómo la nobleza se servía del arte para fortalecer su poder.

Conocer Madrid - Iglesia de San Sebastián y el barrio de las letras