A Mariña Lucense
Galicia, regalo del cielo, placer de cinco sentidos; tus rías, tus cabos, las Cíes y el Miño, de Bares a Guarda y de Fisterra a Freixido. percebes, cigalas y, para brindar, ... Albariño. No creo que desvele a nadie la excelencias gallegas; sus bellas costas; sus campos; sus fiestas; las meigas -que haberlas haylas- y para combatirlas, las queimadas; su pulpo a feira; sus empanadas, rellenas de cosas riquiñas, riquiñas; aquellos que "uns pican e outros non", los calditos gallegos calentitos, cuando la chuiva hace que el frio se meta dentro; los vinitos blancos, muy muy fresquitos -Ribeiro, Albariño-; su marisco -o mellor do mundo-; y las filloas, ¡uy, las filloas!, ambrosía de dioses. Pero lo mejor, mejor, su gente: amable y hospitalaria con el foráneo; muy entrañables, aunque a veces te contesten "¿y por qué quieres saberlo?" si les preguntas si creen que lloverá mañana.