Casa natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros

Decir Granada es decir Lorca y decir Lorca es cantar a la libertad. 

Es imposible dar dos pasos por la ciudad sin mascar el respeto y admiración que su gente tiene hacia su hijo predilecto más destacado y una forma de comprender su biografía y su obra –que no su estúpida e irracional muerte- es visitar las casas donde vivió.



Comenzamos por su casa natal.
Calle García Lorca, 4
Fuente Vaqueros (Granada)
Tel. +34958516453
reservas@patronatogarcialorca.com
Precio: 1,80  euros
Horario 1 de octubre a 31 de marzo: Visitas guiadas 10, 11, 12, 13, 16 y 17 horas
1 de abril a 30 de junio: visitas guiadas 10, 11, 12, 13, 17 y 18
1 julio a 30 de septiembre: visitas guiadas 10, 11, 12, 13 y 14 (tardes cerrado)
Cerrado los lunes y festivos y las tardes de los domingos.

Hoy, la calle no se puede llamar de otra forma que no sea Federico García Lorca, pero cuando Federico ve la luz por primera vez es la calle Trinidad; haciendo esquina, una  casa grande, encalada como tantas otras de la vega granadina, fue construida en 1880, cuando Federico García Rodríguez, padre de Federico contrajo matrimonio con su primera esposa; posteriormente, quedaría viudo sin descendencia y casó en segundas nupcias con Vicenta Lorca Romero, madre de Federico y de cuatro vástagos más-.

El 5 de junio de 1898 nace Federico en esta misma casa y en ella viviía hasta la edad de seis años, que la familia se traslada al centro de Granada capital.  Cuando los García Lorca se exilian, tras la guerra en  Nueva York, la casa sufrió ciertas modificaciones llevadas a cabo por distintas familias que la adquirieron y vendieron, hasta que en 1982, la Diputación de Granada la compra, la acondiciona y comienza a funcionar como museo cuatro años después.

Para el resultado que hoy se visita en Fuente Vaqueros ha sido necesaria una gran labor de recopilación de muebles, enseres y recuerdos –todo propiedad de la familia García Lorca- y, sobre todo, las directrices de Isabel García Lorca, hermana pequeña de Federico, que consiguió dar vida a todos sus recuerdos de la casa.

Hay estancias que no se visitan, imagino que no queda ningún contenido de ellas.

La visita comienza en la sala-comedor con una foto del padre presidiéndolo todo; la vitrina en que aparece, casi completa, la vajilla de la familia; el gramófono y un buen número de objetos decorativos. Un piano, sobre el que mimosamente se ha colocado una foto de Federico con ese instrumento musical, propiedad de una prima y donde Federico dio rienda suelta a su primera vocación,… la de músico, cada vez que visitaba Fuente Vaqueros, después de haberse mudado a Granada, época en la que popularizó infinidad de canciones antiguas olvidadas y rescatadas de las mentes de sus mayores. En dicha foto aparece también un pequeño jarrón, que se puede contemplar también sobre el piano.  Más fotos de Federico niño, con seis años años, el padre con la hermana pequeña, Isabel, que rescataría de sus recuerdos y donó graciosamente al museo.

Del salón se cruza por una pequeña puerta que conduce a la cocina; un metro y medio, no tendría más. Una curiosa estructura habitual en muchas casas de la época, para aprovechar el hueco de escalera, utilizándolo de despensa o fresquera.

En aquella época era muy corriente hacer la  vida en la cocina, pero en este caso estamos hablando de una familia acomodada para quien la cocina estaba destinada a la servidumbre que preparaba la comida y servía en el salón a sus señores.
Como detalle curioso, una cerámica con el nombre grabado de Matilde Palacios, primera mujer del padre de Federico.




El siguiente habitáculo visitable es el dormitorio de los padres; con tocador, armario, mesita de noche y en el centro, la cama del matrimonio donde nació Federico y otro hermano que muere al poco de nacer. Contigua al dormitorio conyugal, la habitación de Federico, de la que tan sólo se pudo recuperar la cuna, el tacatá y una sillita. En las paredes, copias de los certificados de nacimiento y fotos de Federico –dos: curiosamente la misma foto con todas las niñas del colegio y otra, con todos los niños del colegio-, recordemos que la madre –Vicenta Lorca Romero- había sido maestra en el colegio de Fuente Vaqueros y tenía influencias para que su niño apareciera en todas las fotos escolares de aquel año.

La visita transcurre por el piso superior, que en tiempos fue granero y almacén; hoy se aprovecha el espacio para desplegar exposiciones que cambian de un año para otro. En esta ocasión se rinde pleitesía a Lorca y la Generación del 27.

De nuevo abajo, se sale al patio que aseguran está igual que en tiempos de Federico, el pozo, la parra,… sólo se ha incorporado un busto de Federico de un reconocido escultor. Debajo, las cuadras de los animales y los pajares que se han aprovechado para habilitar una sala donde de forma muy didáctica, proyectan un vídeo creado por “La 2”,-Lorca por los caminos de España-, sobre La Barraca, proyecto estrella de Federico para llevar el teatro a todos y cada uno de los pueblos de España. De la Barraca, García Lorca fue fundador, director, actor, decorador, carpintero,…  y jalonadas por paredes numerosos recuerdos del poeta: cartas, libros, dibujos,…

En otra ocasión nos acercaremos a la Huerta de San Vicente, casa de verano de la familia entre 1926 y 1936, antes de que se exiliaran en Nueva York. Casa museo. Pero esa será otra historia.

Federico poeta, Federico dramaturgo, Federico músico, Federico pintor, Federico ARTISTA CON MAYÚSCULAS, absurdamente asesinado por querer ser libre.

 
 

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