Centro Astronómico Hispano-Alemán en Calar Alto (Almería)

 La cita, a las 16 horas, la teníamos en Calar Alto, una localidad en la sierra de Filabres en el Norte de la provincia de Almería, a 2.168 metros sobre el nivel del mar y a donde  hay que llegar a través de una sinuosa carretera, pero que en compensación ofrece unas vistas espectaculares, a los copilotos, claro.



Antes de ahora el nombre de Calar Alto no me decía nada, como quizá tampoco se lo diga a mi lector y esto no es de recibo, pues estamos hablando del mayor observatorio astronómico de la Europa continental –recordemos las dos instalaciones canarias en La Palma y en el Teide que superan a Calar Alto, en zona insular-, y que es el Centro Astronómico Hispano-Alemán (CAHA).

Para visitar esta “catedral” con su vista siempre en el firmamento, existe una gran diversidad de visitas distintas; de hecho no están organizadas por el propio Centro Astronómico, sino por una empresa llamada Azimuth Spain (www.azimuthspain.com), proveedora de servicios astroturísticos. La página es muy intuitiva y un calendario actualizado en línea te permite sopesar qué es lo que más te interesa y si hay plazas libres para ello. Organizan visitas diurnas, nocturnas, con cena incluida, con visita a alguno de los telescopios,…; todas ellas apoyadas con charlas didácticas impartidas por doctores en astrofísica y cosmología, pero utilizando un lenguaje accesible a todo tipo de público. En la página se puede reservar y pagar con tarjeta en el momento.

Hoy, 12 de agosto, es un día especial astronómicamente hablando, porque tradicionalmente esta noche será la de actividad punta de la famosa lluvia de estrellas llamadas Perseidas. Recordad, tened pensado vuestro deseo, que se cumplirá con la rápida trayectoria de la estrella en el cielo. Este ha sido el motivo de que la visita de hoy sea especial, no porque vayamos a ver más estrellas fugaces que nadie –de hecho no está planificada la visión celeste-, sino que excepcionalmente, visitaremos los tres telescopios más importantes del Centro Astronómico: el de 3,5 m., 2,2 m., el de 1,23 m. y el reflector Schmidt. ¡Una suerte!

El grupo que formamos esta tarde es nutrido por lo que nos  dividen en tres y nos entregan tarjetones de distintos colores; mientras un grupo visita  uno de los telescopios, el otro visita el siguiente y al revés.
Antes de dirigirnos a las cúpulas, nos reúnen en un aula habilitada al efecto, donde Marcos, doctor en astrofísica por la UAM nos da una muy amena charla y a quien breamos a preguntas y dudas al final de su intervención.

Lo primero que puso en orden fue la nomenclatura que por ignorancia muchas veces utilizamos o escuchamos o leemos –incluso en la prensa- de manera equivocada.

Asteroide es un cuerpo rocoso, un planeta enano que gira alrededor del sol en una órbita inferior a la de Neptuno.

Meteoroide es un cuerpo diminuto de entre 100 µm hasta 50 m.; el diámetro más pequeño nos sirve para diferenciarlo del polvo cósmico y el mayor para distinguirlo de cometas y asteroides.

Meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de un planeta debido a que no se desintegra por completo en la atmósfera.

Antes de entrar en materia, Marcos invita a todo aquel que lo desee, tras la visita, a disfrutar de las vistas de las Perseidas desde este lugar tan privilegiado como es Calar Alto; en el bien entendido de que seamos consecuentes con el lugar en que nos encontramos y  procuremos no movernos con el automóvil con las luces puestas –especialmente las largas-, pues la luz entra en los telescopios y afecta a la nitidez de las grabaciones. Nos encontramos en Calar Alto que es uno de los mejores sitios para hacer observaciones de toda Europa continental.

Aprovechando el tema lumínico, Marcos nos muestra una impresionante foto con sobreexposición de la ciudad de Almería, donde se ve claramente la luz desaprovechada que se pierde por la mala iluminación de las farolas, que va hacia arriba y se dispersa por la atmósfera, parasitando la observación celeste.
Enseguida, Marcos comienza a entrar en materia con las protagonistas del día, Las perseidas, conocidas vulgar y coloquialmente como estrellas fugaces, que son en realidad meteoros: pequeñas partículas que hay en el espacio. Meteoroides si son pequeñas o asteroides si son de mayor tamaño. Estos cuerpos celestes, cuando entran en el espacio, a grandes velocidades, por fricción con el aire de la atmósfera, se calientan y tornan  incandescentes, por lo que van dejando una traza celeste que conocemos como estrellas fugaces. Cuando cae en la tierra un resto de este meteoro es llamado meteorito; siempre que esté en el espacio será un meteoro o un asteroide.

Bólido es un meteoro más brillante, de ellos lo único que podemos ver es la luz que desprenden y todos parten de la misma dirección llamada radiante.

Marcos nos recuerda el bólido caído en Cheliábinsk (Rusia) en 2013 que explotó a 80 kms de la localidad, alcanzando el suelo entre 4.000 y 6.000 kgr. de meteoritos en un lago helado. Curiosamente, la peculiar costumbre de los rusos de llevar cámaras en los coches, propició el que se obtuvieran infinidad de imágenes del bólido explotando y cayendo en tierra. No hubo víctimas pero sí heridos por la rotura de cristales producidos por la onda expansiva. Cuando el lago se desheló, los buzos consiguieron sacar un meteorito de 650 kgr., el resto se consumió en la atmósfera.

Los bólidos no se pueden observar con los telescopios, pues abarcan un campo de visión muy pequeño, su captura se hace mediante cámaras de vigilancia especiales, como las del Proyecto Smart. Las imágenes obtenidas permiten descomponer la luz y analizarla, obteniendo información sobre de qué puede estar compuesto un meteoroide que ha entrado en la atmósfera.

La radiante de la que provienen las Perseidas está situada dentro de la constelación de Persoe, de ahí su nombre. Las Perseidas no son las únicas lluvias de estrellas que hay, pero sí las más conocidas, probablemente porque tienen lugar en verano, la gente normalmente se encuentra de vacaciones y con más tiempo para contemplar el cielo; lo cierto, es que hay muchas otras lluvias periódicas en otras épocas del año, cada una con su peculiaridad, porque están generadas por objetos distintos. Las Cuadrántidas (3/4 enero), las Líridas (22/23 abril), las Acuáridas (6/7 de may y 29/30 julio, las Oriónidas (21/22 octubre, las Leónidas (17/18 noviembre) o las Gemínidas (13/14 diciembre y, por supuesto, las Perseidas (12/13 agosto).

Concretamente, las perseidas son  producidas por el cometa  Swift Tuttle, un comenta con una órbita muy elíptica y en consonancia con Júpiter; es decir por cada once órbitas de Júpiter el cometa completa solo una.

Los cometas son cuerpos celestes compuestos básicamente por hielo, agua, gas metano, y mezclados con estos componentes hay granos de polvo que forman una masa que en su inmensa mayoría es de hielo. La sonda espacial Rosetta estudio de una manera muy detallada la estructura y peculiaridades de los cometas, aterrizando –o acometizando mejor dicho- en  uno de ellos y obteniendo imágenes  y toma de muestras, que desvelarán muchos misterios del sistema solar.

Cometa es una palabra griega que significa estrella con cabellera. Los cometas tienen varias colas, las azules verdosas, por ejemplo, son colas de gas y polvo que se van quemando en la trayectoria que siguen.  Si la órbita del cometa pasa muy cerca de la tierra, estos granos de polvo, que se van soltando alcanzan a nuestro planeta y a su entrada en la atmósfera, la fricción produce la lluvia de meteoros. Con varias observaciones de un mismo meteoro desde distintas partes, se puede triangular la órbita de entrada a la atmósfera y si se trata de un meteoro grande que haya podido sobrevivir a la entrada a la atmósfera se puede calcular la zona donde ha podido caer e intentar localizarlo.

Objetos de diversos tamaños caen con una frecuencia bastante alta e interesa recabar la mayor información que se pueda sobre ellos para poder estar preparados ante un posible peligro a la tierra. Marcos nos comenta, con orgullo, como en 1994, con el telescopio del Centro Meteorológico de 3,5 m., con cámara infrarroja, se captaron las primeras imágenes del impacto del cometa Sumacher en su choque contra Júpiter, dejando unas marcas del tamaño de la tierra. De haber impactado contra la tierra, las consecuencias hubieran sido catastróficas.

También nos comenta los impactos grabados con telescopios de la Universidad de Huelva y del Instituto de Astrofísica de Andalucía, de la luna, en donde una explosión de unos ocho segundos de una roca de unos 400 kilos de peso, impactó directamente en ella, sin la protección de la atmósfera que tiene la tierra.

Se prevé que este año, la lluvia de estrellas Perseidas alcance una traza de unos cien meteoros la hora. Esto quiere decir, que si el radiante estuviera justo encima de nuestras cabezas y nuestra vista pudiera abarcar todo el cielo, veríamos cien meteoros, pero como las dos circunstancias son imposibles, podremos observar solamente algunos bólidos. Otro hándicap para nuestra visión de las Perseidas es la interferencia de la luna. Perseo no está lo suficientemente alto hasta la 1 o las 2 de la madrugada y a esa hora la luna ya ha salido, contaminando de forma natural el cielo, por lo que lo más probable es que no veamos más que las estrellas más brillantes.

El momento en que más meteoros se observan es preferiblemente a últimas horas de la noche, por los movimientos tanto de la tierra alrededor del sol, como por la velocidad de entrada del meteoroide. En cualquier caso, el máximo pico de actividad de las Perseidas se espera que sea entre las 2 de la tarde del día 12 y las 2:30 horas de la madrugada del 13; aunque es muy difícil predecir cuál será su hora punta. Se desconoce su órbita y su densidad dependerá de la actividad que haya tenido el comenta cuando generó esos granos de polvo; y el efecto que en ellos puede afectar la presencia de los planetas gigantes, sobre todo de Júpiter.

 Aunque alejándonos de la parte científica, alguien pregunta por qué a las Perseidas se las conoce como las “lágrimas de San Lorenzo”, Marcos nos aclara que simplemente es por la fecha, el 10 de agosto –día en el que es fácil ver estrellas fugaces- se conmemora la festividad de San Lorenzo, achicharrado por los romanos en una parrilla, que debió costarle “lágrimas de sangre”; la leyenda cuenta que aquellas lágrimas se convirtieron en estrellas fugaces que aparecen cada año por esa fecha.

Marcos aprovecha para concienciarnos en no intentar apropiarnos de posibles meteoritos que hayamos podido ver caer a la tierra; en primer lugar, porque no podemos tener la certeza de que sea algo venido de la atmósfera y segundo porque con ello privamos de que pueda ser analizado por científicos y sumarlo al cúmulo de datos que ayuden a sacar conclusiones científicas. De encontrarnos con una situación así, nos invita a entrar  en la página web de la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos (www.spmn.uji.es) y rellenemos un pequeños formulario on line sencillo; no es necesario tener conocimientos de astronomía, simplemente especificar dónde se estaba, a qué hora y que dirección tomó aquello que pudiéramos ver; esta será una valiosísima información para conocer los detalles sobre la trayectoria exacta que siguen estos cuerpos.

Localizar un bólido es tarea harto difícil. Nos cuenta Marcos que en una ocasión, el Proyecto Smart calculó la órbita de entrada de un bólido que por su tamaño se pensó que pudiera impactar en la tierra algún resto, con tan mala suerte  que la zona que se trianguló como de su posible caída fue en pleno olivar de Jaén, en unos terrenos tapizados de aceitunas secas, hojarasca, hierbas, piedras y fue del todo imposible localizar el bólido. No todos los sitios son tan complicados para desentrañar los tesoros, en el desierto o en la Antártida, la misión es bastante más sencilla.

Las preguntas con nuestras dudas se acumulaban: ¿De qué están compuestos los meteoros: Marcos nos aclara que de magnesio, hierro, calcio, carbono y añade que  el colorido indica la composición.
Para mí, es una gran incógnita cómo se puede predecir la lluvia de estrellas con esa exactitud y sobre todo con la misma periodicidad. Marcos nos explica, apoyado por un ppt con imágenes, que las perseidas están producidas por el cometa Swift Turttle y que otras lluvias lo son por otros cometas; esta órbita es estable y bien conocida, el cometa siempre se encuentra en la misma posición con respecto a nuestro planeta, por ello se puede predecir la llegada; el punto de corte siempre es en el mismo sitio y en las mismas fechas.

Nos sigue aclarando marcos que si el cometa  pasa cerca del sol, éste puede desintegrarse. El Cometa Swift Turttle fue visto por primera vez en 1862 y por segunda vez  130 años después, en 1992. Se sabe que este cometa, de aproximadamente unos 24 kilómetros de ancho, puede ser una seria amenaza para la tierra –de hecho el responsable de la extinción de los dinosaurios en la tierra, tenía unas dimensiones menores que el Swift Turttle-; aunque para comprobarlo tendríamos que estar vivitos y coleando en el año 2122.

Salimos de la sala y Marcos nos llama nuestra atención para que reparemos en una serie de cámaras orientadas a distintos objetivos. Salvo una que es de vigilancia, el resto pertenecen al Proyecto Smart; hay bastantes más repartidas entre las cúpulas y entre todas ellas se puede triangular la entrada de objetos en la tierra.

Nos dividimos en grupos y nos dirigimos hacia las cúpulas. El primero que visitas es el telescopio de 2,2 m., uno de los cuatro telescopios que vamos a visitar hoy, el de 3,5 m, el de 1,23 m y la Cámara Schmidt. Estos cuatro telescopios pertenecen al CAHA (Calar alto Astronomical Observatory) y hay un quinto propiedad del Observatorio Astronómico Nacional que hoy en día se encuentra cerrado, por razones crematísticas.

Entramos a la primera de las cúpulas y unas escaleras nos conducen hasta este monstruo de 2,2 metros. Por si se tienen dudas Marcos nos aclara que los títulos de x número de metros se refieren al diámetro del espejo principal de cada telescopio, que es el encargado de recoger la luz.

No pensemos ninguno que con estos telescopios se puede contemplar el cielo con nuestros propios ojos; aquí no hay ningún astrónomo a pié de “tele”. Lo que extrae las visualizaciones son instrumentos científicos, que se manejan desde la zona de control. El ojo humano no es objetivo y mucho menos exacto; los análisis astronómicos tienen que ser de lo más preciso y esto sólo se puede conseguir con cámaras adecuadas.

Los telescopios que vamos a ver hoy tienen muchos, muchos años –el más moderno es del año 1984-, pero no se han quedado en absoluto obsoletos, pues los instrumentos científicos con los que trabajan se van renovando  y son de tecnología puntera, lo que hace que el observatorio esté en la punta de lanza de la investigación astronómica y astrofísica mundial.

En el 2,2 m,  como instrumentos punteros se pueden mencionar una cámara Panic para observaciones en infrarrojo y una Planet Cam ideada para estudiar planetas a través de la realización de múltiples fotos muy rápidas, de las cuales se seleccionan las mejores y con ellas se obtienen imágenes espectaculares.
Al salir, Marcos nos hace observar la panorámica que tenemos a nuestro alrededor y fácilmente comprendemos por qué se situó aquí el Observatorio: 360 grados libres de obstáculos y con unas condiciones metereológicas excelentes. Más de las dos terceras partes de las noches del año se pueden llevar a cabo observaciones; algo totalmente impensable en Europa Central, de ahí que Alemania decidiese elegir Calar Alto para situar el Observatorio.

Desde la perspectiva en la que nos encontramos, con una transparencia de atmósfera fuera de lo común, se puede observar la Sierra de Castril, la montaña La Sagra, Puebla de don Fabrique, la Sierra de Cazorla, todo el altiplano granadino, Sierra Nevada,…

La siguiente cúpula es la que pertenece al Observatorio Nacional y tiene sus propias habitaciones, cocina,..; es independiente del resto de instalaciones  y no está bajo la gestión del organismo hispano alemán.

Cambiamos de guía; Marcos se va con otro grupo y nosotros, con Javier, nos dirigimos a la Cámara Schmidt.

Este tipo de cámaras fueron ideadas para llevar a cabo mapeos fotográficos de zonas muy extensas; de esta forma quedaban atrás los cientos de fotografías unidas para conseguir una sola. La Cámara Schmidt es de fabricación y diseño alemanes y eso es casi sinónimo de precisión y calidad. Hoy tiene más de treinta años, peo sigue con la precisión del día en que se inauguró.

Nos encontramos ante el más pequeño de los telescopios del Observatorio. No se visita nunca desde hace muchos años, pero hoy es un día especial.

La Cámara Schmidt no trabaja como otros telescopios, es muy particular,… En la base se encuentra un gran espejo –como cualquier otro- que refleja la luz y en el tubo óptico, otro esférico de 80 centímetros de diámetro; en la parte más alta una placa correctora o lente va a distorsionar la luz de forma que el espejo la dirija y forme un plano hasta la cámara. Hasta los años 90 se trabajaba con placas fotográficas, pero con la llegada de la era digital se dejaron de fabricar las placas fotográficas y la Cámara Schmidt pasó a estar totalmente obsoleta; de hecho dejó de funcionar desde el año 2001 hasta hace uno.

Hace un año la Dirección del Observatorio se planteó dar una segunda oportunidad a la Cámara; un gran recurso que funcionaba extraordinariamente bien. Con muchísima implicación del personal, poca financiación y muchas ganas de trabajar se ha sustituido el plano focal por una cámara digital. Pronto comenzaron a caer grandes proyectos; entre ellos, la firma de un acuerdo con la Agencia Espacial Europea para que la Cámara Schmidt lleve a cabo mapeos de NEOS (“Near Earth Objects”): objetos cercanos a la tierra, cuya órbita se considera peligrosa porque se cruza con la de nuestro planeta.

En este año se han detectado unos 16.000 NEOS con tamaños desde uno o dos metros hasta varias decenas de kilómetros y eso ya nos podría “hacer pupa”, dice Javier; por ello, es necesario conocer su órbita con la mayor exactitud posible, su trayectoria, saber si en un momento dado pudiera cruzarse y significar un peligro para la tierra y tener una idea predeterminada sobre qué clase de tecnología sería necesaria para poder desviar su trayectoria. Se le pregunta si ya disponemos de ese tipo de tecnología, pero confiesa que no; un simpático sevillano entre el público apunta que “después,  vendrán las prisas”.

Nos deja Javier y Marcos nos lleva al telescopio de 1,23 m.

El telescopio 1,23 se inauguró en 1975. De hecho fue el  primero.
Dentro de esta cúpula no hay astrónomos trabajando, todo se hace a distancia. De noche se abre la cúpula desplazando las dos hojas hacia los lados; se conectan al ordenador y descargan las imágenes adquiridas. Tienen registro de qué zonas tienen que observar pero no está automatizado; no efectúan rastreos sino que dirigen el telescopio hacia las zonas en las que ellos piensan que puede haber objetos de interés.

A pesar de que Marcos nos había advertido de que estos telescopios no están pensados para poner el ojo en ellos, en estos momentos tiene incorporado un portaocular, que aunque no es lo habitual, en este sí que es posible hacer observaciones oculares; de hecho es el único en Europa que ofrece esta posibilidad.

Con este telescopio se realizan numerosas investigaciones y aquí acuden grupos de investigación del sistema solar que estudian asteroides y objetos transneptunianos –más allá de Neptuno-.

A colación con que existen asteroides más grandes que Plutón, nos recuerda que nos olvidemos de considerarlo un planeta como antaño estudiamos; siempre fue un “planeta” rarito, hecho de roca y con una órbita extraña que le hace alejarse mucho del sol y que un año dure 248 años terrestres.

El apasionante estudio de los asteroides es poder comprobar hoy cómo eran las piezas con que se construyeron los planetas de nuestro sistema solar, que continúan básicamente iguales que hace 4.500 millones de años.

Los estudios de los asteroides con la Cámara Schmidt se basan principalmente en la toma de fotografías y mediciones del ruido; los asteroides no son redondos e interpretando los cambios de la luz solar en ellos se puede ir calculando cómo puede ser su forma más probable.

Otra complicación que deben afrontar estos grandes telescopios, es el movimiento de los astros con la añadidura del movimiento de la tierra, que se compensa moviendo el telescopio hacia el oeste.

Marcos nos señala una consola que ha quedado a modo de reliquia de tiempos en que los astrónomos trabajaban en ella y hacían allí los ajustes necesarios; hoy no tiene uso ninguno. Eran tiempos complicados; los astrónomos se encontraban con múltiples trabas en su trabajo: estudiaban con placas fotográficas que debían ir revelando; debían procurar que no hubiera grandes cambios de temperatura que alteraran el interior de la cúpula, pues causaban turbulencias y la visión se veía alterada y un largo etcétera.

Comenta Marcos que las imágenes obtenidas –en blanco y negro- están a disposición de cualquier científico que quiera “bajárselas”.

Finalmente, llegamos al “papá telescopio”, el de 3,5 metros, que es el diámetro de su espejo principal. Una muy agradable señorita e quien no recuerdo el nombre(creo que canaria) nos habla de sus principales piezas.

La montura del telescopio son dos pilares y una herradura que permite mover los cientos de toneladas que pesa; seguir las estrellas, lo que hace con una precisión absoluta, apuntando al cielo y seguirlas durante la noche. Esta montura y el resto de la estructura están separados y el mantener la temperatura que va a hacer en Calar Alto durante la noche es un tema muy importante, para evitar las turbulencias que producirían unas imágenes borrosas.

Para nuestra sorpresa el telescopio comienza a moverse muy lentamente. La propia guía desconocía el por qué, pues no es nada habitual el verlo en movimiento. Al parecer tiene un sistema de contrapeso que con muy poco esfuerzo permite su movimiento con facilidad.

La pieza principal del telescopio es el espejo primario. Los primeros que se construyeron eran lentes que recogían la luz, pero hoy se han sustituido por espejos, que no se deforman y no son tan caros, pues de un lente había que pulir las dos caras. El sistema es el mismo de siempre: la estrella se refleja en el espejo primario cóncavo y de ahí al secundario –más pequeño-, que retorna la luz, que pasa por un orificio del principal y allí es donde se instalan las cámaras o el instrumental para analizar la luz y estudiarla.

Este espejo es de una sola pieza, pero algunos, mucho más grandes, que se están construyendo ahora son espejos segmentados que forman una sola pieza. En Chile se está construyendo uno de más de 30 m de diámetro; es decir, diez veces los de Calar Alto.

Una vez al año se realuminizan estos espejos, es decir, se le cambia la capa de aluminio que es lo que hace que refleje la luz, se quita el instrumental, la plataforma se levanta y se baja el espejo  hasta la planta principal con unas grúas y con un spray se hace el proceso de realuminizado, en lo que se tarda un par de días y se vuelve a montar. Los talleres de realuminización no solamente están para llevar el mantenimiento de los telescopios de Calar Alto, sino que vienen hasta aquí los correspondientes a otros Observatorios.

Este telescopio se terminó en 1984 y el espejo y la montura son los mismos, pero sí que ha cambiado la electrónica y el instrumental, lo que permite que sea un ejemplar de primer orden a nivel internacional. Su precisión es tal que si se apunta a una moneda de un euro que estuviera de canto en Almería, éste sería capaz de ver sus bordes.

Por la noche, se levantan las compuertas azules y se crea un gran hueco que permite al telescopio seguir las estrellas. La cúpula gira también; todo muy sincronizado.

En el observatorio hay gente trabajando todo día para que todo funcione en orden de noche: ingenieros, ópticos,… deben tener todo a punto para que los astrónomos puedan realizar su trabajo de noche.
No estoy segura de comprender lo que estudia el telescopio, pero aquí lo dejo: este tele hace arqueología galáctica; algo así como obtener  información de cada región de la galaxia, que se pasa por un espectrógrafo, que separa los diferentes colores de la luz, lo que permite intuir en qué regiones hay mayor evolución de la galaxia con gran detalle.

Un proyecto en el que este telescopio está trabajando desde hace algunos años es “Cármenes”, consistente en la búsqueda de planetas como el nuestro alrededor de estrellas de baja masa, lo que se consigue mediante la observación de tránsitos o un análisis de la velocidad radial (ahí queda eso!). Cármenes no solamente observa la luz, sino también en infrarrojo, pudiendo con ello obtener mucha más información de los planetas y sus órbitas.

Nos comenta que hay túneles que conectan todos los telescopios y que eran muy útiles en los inicios del observatorio, pues podía, por ejemplo nevar tanto, que los astrónomos quedaran aislados y no pudieran acudir al comedor o la residencia. Hoy dichos túneles ya no tienen utilidad ninguna
Actualmente Calar Alto se embarca en un ambicioso proyecto con la Universidad de Pekin para el estudio de los agujeros negros.

Estos son proyecto que hacen que Calar Alto sobreviva a la crisis que ha sido la causante de los grandes recortes presupuestarios, pero que a pesar de todo siga siendo puntera en la materia.

¡Una gran experiencia, que recomiendo vivamente!

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